Juan Mata (Burgos, 28 de abril de 1988) nunca dirá que Rusia es un país maravilloso lleno de gente maravillosa. No es Miss Melilla. Tampoco sufrirá un linchamiento digital de tuiteros por sus respuestas en la zona mixta. En las antípodas de cualquier tópico sobre su profesión, conversar con él resulta estimulante. Su estilo de vida muestra el perfecto equilibrio entre jugar a la pelota rodeado de millonarios y comportarse exactamente como si no lo fuera. Sin estridencias. Sin excesos. Perfil bajo. "Cada cual es como es", dice. "Yo intento llevar la misma vida que cualquier chico de mi edad, de una manera tranquila". Ejemplo. En sus auriculares Chuck Berry, Little Richard, Muddy Waters. En su mesilla Paul Auster, Murakami, Charles Bukowski (ha terminado Mujeres y está con La senda del perdedor). En su tiempo libre la licencia 'demasiado humana' de hincar los codos para acabar "de una vez por todas" sus dos carreras: Marketing e INEF. "Todavía no sé lo que haré en el futuro", confiesa.
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